CANTO II
He perdido la noción del tiempo,
varado en este vacío, donde tu
Ausencia se vuelve un látigo.
Que azota, causando heridas
que nunca cierran.
Cometí el error de volverme
contra ti, de ahogarme en mi
soberbia creyendo que
podríamos vencer.
contra ti, de ahogarme en mi
soberbia creyendo que
podríamos vencer.
Mis alas ahora están quemadas,
sólo muñones carcomidos por el
tiempo emergen de mi espalda.
Mi piel ahora corrompe todo
cuanto toca.
Una gran mayoría de mis
hermanos retoza y se refocila en
esta nueva existencia.
hermanos retoza y se refocila en
esta nueva existencia.
Pocos somos los que, aún, con
nostalgia anhelamos el tiempo
en que estábamos bajo el cobijo
de tu luz.
Nos condenaste a esta
oscuridad por desafiar tu
autoridad.
oscuridad por desafiar tu
autoridad.
Por seguir a tu más bello ángel.
Sin el don de la redención,
fuimos sentenciados a este
páramo de desolación.
Sin el don de la redención,
fuimos sentenciados a este
páramo de desolación.
Nos convertiste en macabros
carceleros y verdugos de esos
primates.
De esos que con sólo
arrepentirse obtienen tu perdón.
El preciado perdón que a
nosotros nos niegas.
Estoy condenado a esta
existencia donde descargo mi
sufrimiento sobre las almas que
se niegan a creer en ti.
Les arrancaré la piel.
Desollaré sus mentes.
Incrustaré mi dolor en ellos
El dolor de tu olvido;
El dolor de no tener tu perdón
El dolor sempiterno que roe mi
ser.
El dolor que no olvida lo que una
vez fui y nunca más seré.
De la biblioteca de Lord Krayzer.